Excelencia, Excellentie, familia, amigos,queridos alumnos, señoras y señores: Realmente es un honor estar de vuelta con ustedes, no como estudiante matricula 387/389 pero como la Asesora Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Inclusión Financiera para el Desarrollo. Y puedo decir que esta Universidad me dio las bases academicas para abordar este tema que esta cambiando las realidades de millones de personas en el mundo.
La última vez que vine a hablar en la UCA hace once años, nos enfocamos principalmente en los microcréditos – es decir el acceso de personas de bajos recursos a pequeños préstamos, con el fin de generar sus propios ingresos.
Hoy sabemos que el crédito es solo una de las herramientas necesarias, ya que si queremos que las personas logren estabilizar sus finanzas, salir de la pobreza y mantenerse fuera de ella, será necesaria una combinación de instrumentos financieros. Servicios accesibles, tales como el ahorro, la realización de pagos, los seguros y el crédito y un crédito no sólo dirigido a las microempresas sino tambien a las pequeñas y medianas: las generadoras de mayor cantidad de empleo en el mundo. Esto requiere una amplia gama de proveedores, no sólo instituciones de microfinanzas y bancos, sino también cooperativas, empresas de servicios de pago, compañías de seguro, operadores de redes móviles e incluso empresas tecnológicas o fintech.
Esto es lo que llamamos inclusión financiera, un tema que ha pasado a ser una prioridad de gobiernos, empresas y organizaciones de desarrollo en todo el mundo. La razón de este creciente interés es su impacto. La inclusión financiera ha demostrado ayudar a reducir la pobreza, mejorar la calidad de vida, invertir en posibles negocios, lograr una mayor igualdad de géneros - empoderando así a las mujeres - y fomentar el crecimiento económico, que en definitiva beneficia a todos.
Qué podría significar todo esto en el día a día de los argentinos?
• Para una familia de bajos recursos que vive en las afueras de Buenos Aires, esto significaría simplemente poder ahorrar en una cuenta fácil de bajos costos y de forma segura, que preserve el valor de los ahorros para poder construir esa habitación adicional en su casa;
• Para una madre sola que tiene dos trabajos diferentes para poder mantener a su familia, esto significaría poder pagar las cuentas en forma electrónica durante el viaje en colectivo y tener más tiempo para ocuparse de sus hijos;
• Y para la propietaria de un pequeño almacén, significaría poder conseguir el préstamo que necesita para mejorar su negocio, conseguir mejores precios mayoristas y algún día poder crecer en su emprendimiento.
El año pasado, 193 países de las Naciones Unidas adoptaron un nuevo plan de desarrollo llamado Objetivos de Desarrollo Sostenible. Siete de los 17 objetivos se refieren específicamente a la inclusión financiera como herramienta esencial para lograr el avance del desarrollo. Hoy, ya más de 50 países han desarrollado estrategias nacionales de inclusión financiera, demostrando el amplio consenso sobre la importancia de este tema.
Aun así, puede ser que ustedes se pregunten: ¿por qué la inclusión financiera es importante para un país de ingresos medios como la Argentina?
La respuesta es que la inclusión financiera es una prioridad universal.
Ustedes sabían que dentro de la Unión Europea hay 58 millones de personas que no tienen ni una simple cuenta bancaria? Y que en Estados Unidos, 28 por ciento de la población, es decir alrededor de 88 millones de personas, o bien no están bancarizados o tienen servicios bancarios insuficientes. Esto los deja muy vulnerable a shocks externos, y dependiendo de proveedores de financiamiento alternativo muy caros, tales como agencias de cobro de cheques o casas de empeño, para poder hacer frente a sus necesidades financieras.
Los desafíos específicos que enfrenta Argentina hacen que la inclusión financiera sea un tema urgente. El crecimiento economico sigue siendo lento. Alrededor de un tercio de la población aún en la pobreza. Y sólo 50% de los adultos usa algún tipo de servicio financiero formal, una cifra que desciende al 44% entre los pobres. Asimismo, el ahorro y el crédito para individuos y pequeñas empresas está muy por debajo de los promedios regionales.
Esto es un enorme desafío pero conozco un poco a este país y quiero recalcar que Argentina está en perfectas condiciones de revertir esta situación.
Lo que sí hemos aprendido es que los países que cuentan con un plan coherente avanzan más rápido que los que no lo tienen. Entonces es importante formular una estrategia nacional para la inclusión financiera que defina los objetivos y las metas y que ayude a que los distintos actores, tales como el banco central, el ministerio de hacienda y finanzas, el ministerio de desarrollo social y otros, sumen sus esfuerzos y empujen en la misma dirección. Y tan importante como la formulación de una estrategia, es la constitución de un consejo de coordinación, integrado por todos ellos e incluyendo al sector privado, para implementar esta estrategia.
Ahora bien, en qué se tendría que enfocar la estrategia nacional?
Un tema fundamental es la tecnología digital. Tanto en Tanzania como en China, Brasil o Colombia, la tecnología es el catalizador para el avance de la inclusión financiera. Ella permite bajar los costos de los servicios a un nivel que las personas de más bajos recursos puedan acceder y ademas, permite llegar a las personas que viven en zonas alejadas.
De acuerdo con un nuevo informe de McKinsey, el uso de las finanzas digitales podría incrementar el PBI de las economías emergentes en un 6 por ciento y crear casi 95 millones de puestos de empleo para el año 2025.
Pero para que la tecnología tenga un impacto de esta magnitud, se necesita disponer de ciertos pilares fundamentales. Ustedes ya cuentan con buena parte de ellos. Argentina ya tiene un sistema nacional de identificación, que alcanza el 99% de la población y que permite que las personas puedan abrir cuentas bancarias. La conectividad a internet está creciendo y ya alcanza casi a la mitad de los hogares. También tienen una infraestructura de pagos donde recientemente se han implementado reformas regulatorias para alentar la innovación. Además, Argentina es uno de los pocos países del mundo que ha logrado la equidad de género para acceder al sistema financiero.
Lo que aún hace falta es que el país esté cubierto de una red de puntos de servicio para facilitar las transacciones digitales hasta en los poblados más pequeños.
Los consumidores necesitan lugares donde puedan colocar su dinero en el sistema digital, retirarlo, hacer pagos, y registrarse para utilizar otros servicios, tales como créditos o seguros. La respuesta está en los agentes corresponsales–pequeños comercios minoristas, estaciones de servicio o pequeños negocios atendidos por sus dueños, que estén interconectadas con los bancos y ofrezcan servicios financieros básicos a la comunidad.
Una buena red de agentes bancarios podría complementar rápidamente la estructura bancaria existente y llegar a las poblaciones que no están cubiertas por el sistema. Éste es un modelo que se ha arraigado en países de América Latina–como en Perú, Colombia y Brasil. Por ejemplo, Chile, con una población de 17 millones, ya tiene más de 25.000 agentes y Colombia, con una población de 48 millones, tiene casi 45.000 y continua creciendo. Pero en los ejemplos más avanzados como en Tanzania, ya hay 165.000 agentes.
Otro tema fundamental para la estrategia, son las PYMES, el motor de cualquier economía, incluso en los Países Bajos. También sus necesidades tienen que estar contempladas en la estrategia nacional. Las Pymes en Argentina representan por lo menos el 50% del PBI y generan alrededor del 71% del empleo. Sin embargo, su nivel de crédito como porcentaje del PBI es de 13%--el valor más bajo de toda la región. Lamentablemente, no hay una solución mágica para resolver esto. Desde ya mejorar las condiciones en general para el funcionamiento de los emprendimientos es muy importante. Pero específicamente; aumentar el conocimiento de las entidades financieras para lidiar con este segmento es esencial. También es importante tener una buena infraestructura como multiples burós de crédito o un registro de garantías móviles. Pero lo más prometedor, es la incursión de los “fintech” en este rubro, que con el uso de grandes bases de datos ('big data') se logra bajar los costos de análisis de riesgo y de mantener las carteras crediticias. Todo esto esperamos que resulte en mejor oferta de créditos para quienes estén dispuestos a embarcarse en proyectos de inversión productiva.
En todo caso, tanto los individuos como las Pymes necesitarán productos diseñados especialmente para ellos y para satisfacer sus distintas necesidades. Dichos productos, a su vez, deben contar con el apoyo de un sistema eficaz de defensa al consumidor y, todos los clientes deben contar con la educación y capacitación financiera necesaria para encarar con confianza sus vidas financieras tanto digitales como tradicionales.
El desarrollo sin inclusión financiera no es posible. La necesitamos aquí en Argentina y en todo el mundo, para crear economías en que todos puedan participar, disminuyendo así la desigualdad de ingresos existente en muchos países.
Viendo esta sala, llena de estudiantes me hace acordar de los años que pasé aquí. La última vez que di un examen acá, muy pocos tenían un teléfono celular, y ni hablar de email. Y eso fue hace solo 20 años! Imagínense donde podemos llegar a estar en los próximos diez!
Ya no es importante quién provee estos servicios; ya sean los bancos en conjunto con las telefónicas o con las ONG, o una cadena de supermercados. Lo importante es que los clientes puedan usar los servicios financieros que realmente necesitan, de forma sustentable, accesible y responsable.
Esto es para dar oportunidades a todos los argentinos y que ya no sean invisibles al proceso económico. Agradezco al Rector Fernández por su hospitalidad, al Ministro Prat-Gay por esta oportunidad fundamental de poder estar aquí para ayudar. Muchas gracias.